¿Más de lo mismo?

Crecimiento económico con expectativas ciertas de alcanzar el desarrollo; desempleo en cifras históricamente bajas; expectativas económicas tremendamente alentadoras y positivas; reforma educacional aprobada por el congreso de forma transversal; duplicación de la cantidad de estudiantes interesados en estudiar pedagogía; avances significativos para la creación de un Ministerio de Desarrollo Social que se preocupe de generar políticas públicas coherentes y multidisciplinarias para la superación de la pobreza (cosa que en 20 años la coalición de centro izquierda nunca hizo); reconstrucción en tiempo récord ¡¡Y con la posibilidad de que los damnificados puedan elegir que casa quieren!! Todo esto... en menos de un año.
La verdad es que la diferencia se nota desde lejos, pero no hay peor ciego que el que no quier ver.
Cierto es que se debió haber destituido al intendenta por sus declaraciones, más allá de que se hayan acreditado o no irregularidades, pero esto ni por mucho hace que estemos en presencia de lo mismo que nos ofrecía la Concertación, con su discurso de reivindicaciones sociales, que aparte de añejo, distaba de ser efectivo como quedó demostrado en los índices de pobreza medidos en la ya famosa encuesta CASEN.
¿Más de lo mismo?... De ninguna manera.

Prat, no rendirse

Ya que estamos en el mes del mar y muchos de nosotros hemos visto o estamos expectantes respecto de la película recién estrenada que trata sobre el Combate Naval de Iquique , quisiera compartir con ustedes una reflexión respecto del legado de Arturo Prat.
Hace unos años atrás nos tocó pasar el tema del Combate Naval de Iquique en un taller de reforzamiento escolar que efectuábamos con niños de Recoleta.
La preparación fue intensa, construimos una maqueta y unos barquitos que simulaban al Huascar y la Esmeralda. Fue una clase super entretenida e interactiva, con los movimientos de los buques y la participación de los niños (Que estaban en 7º y 8º Básico).
Hasta ahí todo bien, pero ¿Cual era la enseñanza que ese acontecimiento histórico podía dejarnos a los chilenos?¿Que le podíamos decir a los niños de ahora?
El mensaje era simple pero potente. Un chileno no se rinde jamás.
No se rinde ante la cesantía que golpea fuerte en miles de familias, no se rinde ante los que dicen que un niño de una población no puede llegar a la Universidad, no se rinde ante la vida aparentemente fácil de la delincuencia y la droga y no se rinde las dificultades que le impiden hacer realidad sus sueños.
Los chilenos no bajamos la bandera de luchar contra los nuevos enemigos. Antes eran los que nos querían quitar lo que considerabamos nuestro territorio y nuestra dignidad; hoy es la pobreza, la marginación, la falta de oportunidades, en fin el subdesarrollo.
Ese es el gran legado de Prat, no bajar las manos, no rendirse y dar la pelea a lo que nos impide lograr un pais más libre, justo y para todos.

Fines y medios

Hoy estamos frente a un paro nacional que han convocado diversas organizaciones de trabajadores, las cuales entre sus puntos exigen, la reforma de la constitución para que el estado tenga un rol preponderante en la economía del país y una serie de peticiones que se enfocan en la eterna discusión de más o menos estado, sin fundarlo sobre alguna base empírica que permita sustentar la seriedad de sus posiciones.
No se trata de defender a las oligarquías burguesas o burocráticas que pretenden imponer uno u otro sistema para aumentar su dinero o poder. Lo que se trata es buscar de verdad soluciones a los problemas que se plantean.El problema no son las AFP privadas, el problema son las pérdidas que han tenido los fondos de pensiones. ¿Sería capaz el estado de Chile de evitar esas pérdidas ante una crisis económica global? Parece ser que la solución no va por esa línea, ¿Garantías? pueden haber varias y de distinta forma. En el mercado financiero hay formas de cubrir el riesgo, pero siempre con cargo a la rentabilidad y de eso ni el estado está libre. ¿Será el estado la solución?
¿Será una farmacia estatal la solución a la colusión? Siempre en la administración de dineros hay riesgos, si no es de colusión es de corrupción, para los privados existe el control de una serie de organos que evitan las colusiones u otras artimañas, para los públicos existe la Contraloría.
¿Cual es el camino más eficaz? Discutámoslo, pero sin incorporar los relamidos prejuicios de que la incorporación de privados (empresas, organizaciones sociales, comunidad civil etc...) implica necesariamente más abuso, más concentración de la riqueza y menos calidad de vida, sino con datos concretos que acrediten que las soluciones propuestas son viables.

En fin, hagamos un debate en serio y propongamos los medios idóneos para la consecución de los fines que todos queremos: Mejor educación, mejores jubilaciones y mejor calidad de vida para todos.

Se va el verano

Es la primera vez que incursiono estos medios digitales escribiendo algo, no como reacción a alguna publicación leída sino como autor original de la propia historia, pero las contradicciones sucedidas en mi vida, especialmente durante este verano que se va me han hecho reaccionar. Tal vez sea eso... tan solo otra reacción más a algo que he vivido lo que me motiva a escribir estas palabras, pero sea cual sea la explicación, aquí les va.

¿Se han dado cuenta que para muchos el verano es la mejor época de la vida? Es cierto, muchos de nosotros esperamos con ansias la época en que el calor, la playas, las piscinas, el relajo y las vacaciones nos recuerdan que aun seguimos vivos. Yo no he sido ajeno a esa popular tendencia. Además si a eso le sumamos el hecho que en febrero se celebra mi cumpleaños y generalmente me tomo las vacaciones, la combinación no puede ser mejor.

Pero este verano ha sido distinto... ha sido todo lo contrario: Lo mejor del verano que ya se va es es precisamente eso... que se va y que junto con eso se deja atrás un trabajo, una casa y una vida que fue coronada con un verano que deslindó en el borde del patetismo emocional, caída que solo fue evitable por las vacaciones y los amigos que siempre han estado presente.

En apretada síntesis, podemos decir que este verano marcó el final de una vida añeja apestosa y deprimente y no pudo ser más significativo. Este verano fue la cúspide, el punto máximo, el zenit de lo abrumadora que puede significar una vida distanciada de los sueños en la cual se llega a la mendicidad de afectos, a la búsqueda de sentido en relaciones autodestructivas y trabajos ingratos. Este verano fue la apología a la pérdida de sentido, a la estupidez y la autoconvicción falsa.

En fin, el verano que pasó marcó el fin de una etapa y este otoño que llega no solo marca un nuevo año, sino el comienzo de una nueva era. La era de cumplir las promesas que nos hicimos, de sentir de verdad que aun seguimos vivos. En consecuencia, aunque nunca pensé que podía decir esto, ahora lo digo con propiedad: Se va el verano GRACIAS A DIOS.

PS: Si algún lector anónimo pasa por este lugar y no entiende ni diablos o no está de acuerdo de lo que he escrito en las líneas anteriores, felizmente a la luz de una buena cerveza o un café (conforme a las preferencias del mismo) lo podremos discutir.