lunes, 17 de marzo de 2008

Se va el verano


Es la primera vez que incursiono estos medios digitales escribiendo algo, no como reacción a alguna publicación leída sino como autor original de la propia historia, pero las contradicciones sucedidas en mi vida, especialmente durante este verano que se va me han hecho reaccionar. Tal vez sea eso... tan solo otra reacción más a algo que he vivido lo que me motiva a escribir estas palabras, pero sea cual sea la explicación, aquí les va.

¿Se han dado cuenta que para muchos el verano es la mejor época de la vida? Es cierto, muchos de nosotros esperamos con ansias la época en que el calor, la playas, las piscinas, el relajo y las vacaciones nos recuerdan que aun seguimos vivos. Yo no he sido ajeno a esa popular tendencia. Además si a eso le sumamos el hecho que en febrero se celebra mi cumpleaños y generalmente me tomo las vacaciones, la combinación no puede ser mejor.

Pero este verano ha sido distinto... ha sido todo lo contrario: Lo mejor del verano que ya se va es es precisamente eso... que se va y que junto con eso se deja atrás un trabajo, una casa y una vida que fue coronada con un verano que deslindó en el borde del patetismo emocional, caída que solo fue evitable por las vacaciones y los amigos que siempre han estado presente.

En apretada síntesis, podemos decir que este verano marcó el final de una vida añeja apestosa y deprimente y no pudo ser más significativo. Este verano fue la cúspide, el punto máximo, el zenit de lo abrumadora que puede significar una vida distanciada de los sueños en la cual se llega a la mendicidad de afectos, a la búsqueda de sentido en relaciones autodestructivas y trabajos ingratos. Este verano fue la apología a la pérdida de sentido, a la estupidez y la autoconvicción falsa.

En fin, el verano que pasó marcó el fin de una etapa y este otoño que llega no solo marca un nuevo año, sino el comienzo de una nueva era. La era de cumplir las promesas que nos hicimos, de sentir de verdad que aun seguimos vivos. En consecuencia, aunque nunca pensé que podía decir esto, ahora lo digo con propiedad: Se va el verano GRACIAS A DIOS.

PS: Si algún lector anónimo pasa por este lugar y no entiende ni diablos o no está de acuerdo de lo que he escrito en las líneas anteriores, felizmente a la luz de una buena cerveza o un café (conforme a las preferencias del mismo) lo podremos discutir.

No hay comentarios: